Según el grupo de expertos en energía Ember, los países de Europa Central tienen el potencial de implementar hasta 180 GW en proyectos agrosolares.
En un estudio de cuatro países de Europa Central (República Checa, Hungría, Polonia y Eslovaquia), Ember estimó que se podrían implementar hasta 39 GW de energía solar fotovoltaica sobre productos agrícolas que dan sombra a los cultivos, como las bayas, y un adicional Se podrían implementar 141 GW de energía fotovoltaica colocando paneles verticales entre los granos.
Entre los cuatro países, el despliegue de 180 GW de proyectos agrosolares podría casi triplicar la producción anual de electricidad renovable de la región, de 73 TWh a 191 TWh.
Combinar solar fotovoltaico con tierras agrícolas para la producción de alimentos también podría aportar beneficios a los cultivos, aumentando el rendimiento de frutas y bayas hasta en un 16%.
Los cultivos menos tolerantes a la sombra, como el trigo, aún podrían alcanzar más del 80% de sus rendimientos habituales. Aunque se producirían algunas pérdidas de alimentos, los agricultores aún podrían compensar parte de sus ingresos vendiendo electricidad, dado que los cuatro países de Europa Central representan el 20% de la producción de trigo de la UE. La producción de alimentos en estos países, incluida la producción de trigo, está en riesgo debido al deterioro de la situación financiera de los agricultores, el impacto del cambio climático y la volatilidad de los precios de los fertilizantes.
Los beneficios contrastan con las recientes prohibiciones por parte de los gobiernos de Italia y Ontario sobre proyectos de energía solar fotovoltaica montada en el suelo en tierras agrícolas. En Italia, la prohibición tiene como objetivo proteger las tierras agrícolas productivas de Italia, una medida que podría costarle al país hasta 60 mil millones de euros (66,5 mil millones de dólares) en pérdida de inversión privada e ingresos fiscales.
La legislación es clave para el despliegue agrosolar
La legislación es un factor clave para aprovechar el potencial y los beneficios de los proyectos agrosolares en Europa, pero debido a la falta de una definición unificada de proyectos agrosolares, se necesita legislación para abordar esta cuestión.
El informe Ember dice que la legislación sobre agrosolar debe garantizar que las tierras agrícolas puedan mantener sus características originales después de la instalación de cualquier proyecto agrosolar, de modo que sigan calificando para subsidios agrícolas bajo la Política Agrícola Común.
Facilitar el despliegue de la energía solar agrícola requiere una planificación espacial eficiente y procedimientos simplificados de obtención de permisos y conexión a la red.
El informe sostiene que la legislación agrosolar debería priorizar y fomentar la producción continua de alimentos, permitiendo a los agricultores beneficiarse de la agrosolar, tanto para la alimentación como para mejorar su situación financiera.
El Dr. PaweÅ Czyżak, Director Regional de Ember para Europa Central y del Este, dijo: “En lugar de reducir la producción de alimentos, la agrosolar puede en realidad aumentar el rendimiento de ciertos cultivos. La agrosolar combina las ventajas de la producción de electricidad y la producción de alimentos, protegiendo valiosas tierras agrícolas al tiempo que promueve la transición energética y beneficia a la sociedad y la economía. Gobiernos como los de la República Checa, Hungría, Polonia y Eslovaquia pueden aprovechar las oportunidades de la agrosolar para mejorar simultáneamente la seguridad alimentaria y energética y abordar las crisis climática y de costo de vida”.
Además, el informe destaca que la producción conjunta de alimentos y electricidad mejora la eficiencia del uso de la tierra en comparación con la tierra utilizada únicamente con fines alimentarios o energéticos.
A pesar de la prohibición italiana de los proyectos agrosolares, el interés en la tecnología sigue siendo alto en toda Europa. Esto quedó demostrado a principios de esta semana con el anuncio del desarrollador solar alemán SUNfarming de un proyecto agrosolar de 753 MW. El desarrollador alemán trabajó con la empresa de servicios energéticos SPIE para diseñar e instalar las subestaciones del proyecto, que abarcará 500 hectáreas en ocho sitios en el este de Alemania.
El informe de Ember sigue a otro informe de la Oficina Europea de Medio Ambiente (EEB). El informe afirma que, al adoptar tecnologías como la agrosolar, Europa podría alcanzar su objetivo de emisiones netas cero con un impacto “mínimo” en la disponibilidad de tierras.